Tenemos la responsabilidad personal de explorar nuestros pensamientos, entender cómo reaccionamos a ellos, cuestionarlos y sentir cómo viviríamos sin esa idea en la cabeza.
Si haces o dices algo de lo que después te sientes culpable, debes trabajar en ti. Ser responsable de tus acciones.
Ser responsable de tu persona implica identificar qué necesidades tienes, encontrar en ti como cubrirlas, sin esperar o desear que alguien lo haga por ti.
Muchas veces, sin darte cuenta, cargas dolores que no sueltas, porque te sentirías culpable al hacerlo. Como si dejaras de sufrir por otras personas las abandonas.
Si llegas a este convencimiento de que no puedes hacer nada por los demás, es como si los soltaras a la mar y los vieras ahogarse.
Pero este no es el caso, porque tu sufrir, tu sentirte mal, no les ayuda en nada.
Cada cual hace su camino. Tú estás haciendo el tuyo.
En la relación con el otro nos enriquecemos, somos responsables del otro, pero desde nosotros mismos.
Todas las personas tenemos la oportunidad de estar mejor. Todas las personas tenemos la capacidad de alcanzar una gran comprensión, paz y amor. Tenemos que practicarlo, eso es un hecho.
Tú tienes que concentrarte en el camino que deseas y necesitas recorrer para estar en paz y alejarte de la violencia.
La raíz de la violencia es el sufrimiento, hay que detener el sufrimiento interior practicando la reconciliación y la curación interior, identificando y cubriendo tus propias necesidades.
¿Qué necesidad tienes? Identifícala.